viernes, 26 de marzo de 2010

GUN’S AND ROSES….UNA NOCHE INOLVIDABLE


Gun N’ Roses hizo temblar el estadio Monumental de Ate en un memorable espectáculo que se hizo esperar por la, ya común, tardanza del vocalista Axel Rose; quien subió al escenario recién a las 12:30 de la madrugada. El el concierto comenzó 45 minutos después de la hora prevista, con las presentaciones de los peruanos Space Bee y Gaia, y el estadounidense ex Skid Row, Sebastian Back ante un público que esperó por mucho tiempo, en casos extremos acampando dos días afuera de la explanada por dos días, para verlos en vivo. El show empezó con su éxito “Welcome to the Jungle”, y entre las canciones más coreadas estuvieron "Sweet child o’ mine", "Knockin’ on heaven’s door", "You could be mine" y "Live and let die".

Mientras las notas de “Madagascar” se disolvían en el aire, Axel Rose hizo aquello que era más que necesario para terminar de amistarse con el publico peruano, meterlo en sus bolsillos y que las 30 mil personas que copaban la explanada del Monumental lo adopten como hijo predilecto: tomó una bandera del Perú que había llegado hasta él como un regalo y la desplegó para, luego, envolverse en ella.

Y su gesto fue recibido con el cariño de la gente que necesitaba sentirlo cerca. Al envolverse en la bandera, el hombre de 48 años, que había cambiado de ropa más de cinco veces y había sometido su cuerpo a un trote tremendo por más de una hora, encontró cobijo en los aplausos y los gritos de la gente que coreaba “Perú, Perú”.

Pero esa no fue la única manera en la que Guns N’ Roses decidió sorprendernos. Apenas dos canciones después, y luego de hacer que las parejas se unan y los solitarios recuerden con “Patience”, Ron ‘Bumblefoot’ Thal se paró solo a un costado del escenario y empezó a tocar en su guitarra eléctrica, una versión de nuestro Himno Nacional que fue seguida por un coro de gente emocionada a rabiar que le agradecía el gesto con un aplauso tan unánime como desaforado. Fue justo antes de “Paradise City”, justo antes de decir adiós. Exactamente en el espacio en que cada uno de los que estuvieron ahí sintieron que el concierto era suyo, solo suyo.

0 comentarios:

Publicar un comentario